La pérdida de audición o hipoacusia puede ser leve, moderada, grave o profunda. En muchos casos, llega a ocasionar problemas de aislamiento social, depresión, ansiedad y estrés. Como expertos en el cuidado de ancianos en Madrid profundizamos en el tema.
La pérdida de audición se vincula a la soledad y al aislamiento social. Esto puede tener implicaciones para la salud cognitiva y psicosocial de las personas, reduciendo considerablemente su calidad de vida. Por eso, contar con el apoyo de la familia y amigos y acudir a revisiones periódicas a centros auditivos o con profesionales de la audición es fundamental. No en vano, más de 1.500 millones de personas en el mundo conviven con algún tipo de pérdida auditiva, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Problemas en diversos ámbitos
Las personas con pérdida auditiva suelen enfrentarse a diversos obstáculos en el entorno laboral. La falta de audición hace que sea más común cometer errores y que haya más posibilidades de sufrir aislamiento. En algunos casos, se corre el riesgo de que la persona deje de socializar e incluso abandone el empleo.
En el terreno familiar, es clave la aceptación y la adaptación a la pérdida auditiva. Tener el apoyo de los convivientes o familiares refuerza las posibilidades de gestionar estos problemas auditivos. Con el suficiente grado de confianza se pueden mejorar las relaciones entre las personas afectadas y los familiares. Se recomienda que tanto la persona afectada como su entorno reciban la misma información sobre el problema. De este modo, se fortalecerá la comprensión haciendo que la situación sea más fácil de solucionar.
En cuanto a las relaciones sociales, para que una persona reciba la ayuda que necesita, tiene que reconocer su pérdida de audición. De esta forma no habrá falta de comunicación y frustración en el entorno más cercano.
Es imprescindible la comunicación abierta tanto con la familia como con compañeros de trabajo y amigos. Será más sencillo ayudar a aquellas personas que tienen problemas de audición.
Síntomas de la pérdida auditiva
- Hablar bajo, como murmurando.
- No entender las conversaciones de varias personas hablando a la vez.
- Pedir a las personas que repitan lo que han dicho.
- No oír bien cuando hay ruido.
- Responder mal a las preguntas porque no se entienden.
- No escuchar bien al hablar por teléfono.
- Tener pitidos en los oídos.
- Sentirse molesto ante algunos ruidos.
Los audífonos, grandes aliados para la pérdida de audición
Los audífonos son un gran aliado para las personas que padecen pérdida de audición. Además de proporcionar audibilidad, procesan las señales para destacarlas sobre el ruido y mantienen los sonidos fuertes a niveles confortables.
En Servisalud insistimos en que para elegir audífono hay que contar con la ayuda de un profesional. Es clave conocer los distintos tipos de audífonos disponibles y elegir el modelo más adecuado. Entre otras cosas, hay que tener en cuenta el tipo de hipoacusia, las necesidades de la persona y su estilo de vida.
La pérdida de audición y la sordera pueden deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento.
En la edad adulta y edad avanzada se debe sobre todo a enfermedades crónicas, tabaquismo y otosclerosis. También puede tener que ver factores como los traumatismos en el oído o la cabeza y la exposición prolongada a ruidos/sonidos fuertes.
Una vez se detecta la pérdida de audición, es fundamental tratarla lo antes posible y de manera adecuada. Como decíamos antes, echando mano de tecnologías auditivas como audífonos, implantes cocleares e implantes de oído medio.
Además, la presbiacusia puede tratarse y se pueden buscar soluciones para evitar situaciones de peligro, problemas de autoestima y frustración o aislamiento social.
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