
Como empresa con enfermeras a domicilio en Madrid recordamos que el dolor crónico o de larga duración puede estar asociado a enfermedades crónicas cuya prevalencia es mayor entre las personas mayores (artrosis, enfermedades cardiovasculares, neuropatías, etc).
También puede estar asociado a alteraciones del sueño, a la pérdida parcial o total de la movilidad o a problemas psicológicos. La percepción del dolor puede verse incrementada ante la existencia de un cuadro de ansiedad o una depresión.
Características del dolor crónico en personas mayores
Las causas responden, sobre todo, a patologías músculo-esqueléticas. Sobre todo, a la artrosis y la osteoporosis, afecciones muy frecuentes en este grupo poblacional. El dolor articular y el dolor lumbar son dos de los principales motivos de visita médica entre las personas de la tercera edad. Después tenemos el dolor neuropático. Por ejemplo, el causado por la neuropatía periférica por diabetes, responsable del pie diabético. También, el dolor tras un ictus, por fibromialgia o como consecuencia del síndrome del túnel carpiano.
No hay que olvidar el dolor crónico relacionado con las enfermedades degenerativas, los procesos oncológicos, los trastornos vasculares o las diferentes patologías sistémicas.
Según la causa, se distinguen diferentes tipos de dolor crónico:
- Nociceptivo: si afecta a la piel, al sistema musculoesquelético o al tejido conectivo es somático (artritis, lesiones de la columna vertebral, isquemias, úlceras cutáneas, etc). Es visceral si aparece en procesos inflamatorios, hemorragias o espasmos musculares.
- Neuropático: se origina cuando se dañan los nervios. Es agudo y puede estar motivado por diferentes causas. Desde una neuropatía diabética o una neuralgia postherpética hasta un accidente cerebrovascular o una estenosis espinal.
- Mixto: tiene componentes de dolor nociceptivo y neuropático. Por ejemplo, determinadas enfermedades vasculares o cefaleas crónicas.
- Psicológico: puede ser una manera de llamar la atención o darse en casos de depresión no diagnosticada, maltrato, aislamiento social o deterioro cognitivo.
En Servisalud sabemos que los cambios que el envejecimiento produce en el organismo (tejidos, órganos, sistema nervioso) favorecen el dolor crónico. También tiene que ver que las personas mayores vivan en un entorno familiar inestable, que estén institucionalizadas o que sufran algún trastorno psicológico.
Además, la polimedicación y los cambios que el envejecimiento del organismo genera en la metabolización de los fármacos pueden modificar la percepción del dolor además de su duración y respuesta a los tratamientos.
En ocasiones el médico tiene dificultades para identificar y valorar el dolor crónico de una persona mayor. Es importante que sea la persona afectada y no los familiares la que explique cómo y cuándo se manifiesta el dolor.
Una realidad preocupante
El dolor crónico en ancianos es una realidad preocupante por su elevada prevalencia. Se calcula que entre un 50 y 80% de la población de más de 65 años presenta algún tipo de dolor a diario. A nivel clínico es esencial la evaluación, el tratamiento y el manejo del dolor crónico en el paciente anciano. Su valoración puede ser particularmente difícil en este grupo de edad. Sobre todo si hay alguna disfunción cognitiva. Además, estas personas suelen estar polimedicadas y sufrir más de una enfermedad a la vez, complicando el abordaje terapéutico.
No hay que obviar los cambios fisiológicos y sociológicos asociados al proceso de envejecimiento ya que pueden interferir en el adecuado manejo del dolor crónico. El envejecimiento de la población y la elevada prevalencia del dolor crónico en las personas mayores hacen que sea imprescindible el establecer unas adecuadas pautas de cuidados.
En España, se estima que, en 2050 el 30,1% de sus habitantes serán personas mayores. Seremos el país más envejecido del mundo, según datos de la Organización de las Naciones Unidas. Por eso es imprescindible un adecuado tratamiento del dolor crónico en ancianos.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!