Como especialistas en hospitalización domiciliaria, sabemos que uno de los problemas que más afecta a los ancianos y a sus familias es la pérdida de memoria. Muchas veces es algo que da especialmente miedo pues se asocia a enfermedades graves, pero no siempre tiene por qué ser así. En todo caso, es importante adoptar medidas para tratar de paliar o de prevenir el problema.
La pérdida de memoria puede deberse a problemas emocionales
Entre los síntomas más habituales de la pérdida de memoria en personas ancianas podemos citar la pérdida habitual de objetos personales, como por ejemplo las llaves. El hecho de que en muchas ocasiones no logren encontrar la palabra adecuada que quieren usar. La repetición de preguntas o de relatos en la misma conversación. Desorientarse o perderse en lugares conocidos. Olvidar las cosas que se han hecho a lo largo del día, etc.
La mente humana es compleja y está llena de caminos. Los recuerdos nunca se pierden ya que están almacenados en el cerebro, pero las personas mayores pueden perder la manera de llegar a ellos. Y es importante saber que son muchas las causas que pueden llegar a producir ese efecto.
En ocasiones, la pérdida de memoria puede asociarse a problemas emocionales. Estos pueden ir desde cuestiones como estar pasando un duelo, a sentirse solo. Pero también, no saber asimilar bien diferentes cambios como la jubilación, o el paso del tiempo. Son algunas de las causas que pueden llevar a las personas mayores a deprimirse. Y está comprobado que la depresión es uno de los factores que afecta al funcionamiento de la memoria.
En nuestra labor de hospitalización domiciliaria trabajamos a veces con ancianos que sufren un deterioro cognitivo leve. Por lo general, este no les impide realizar sus actividades habituales. Es cierto que en ocasiones este precede a otras patologías más graves como el Alzheimer, pero no tienen porqué ser necesariamente así. Algunos de los síntomas que se pueden aparejar a este trastorno además de la pérdida de memoria son la irritabilidad, ansiedad, depresión o apatía.
Ejercitar el cerebro es la mejor forma de prevenir la pérdida de memoria
La demencia y el Alzheimer son dos de las enfermedades más complejas que afectan a los ancianos y se relacionan con la pérdida de memoria. Es cierto que tienen diferentes fases, pero todas avanzan hacia un deterioro progresivo tanto físico como mental. En estos casos, es muy importante contar con la ayuda de especialistas del mundo de la salud que ayuden a las familias a lidiar con el problema.
La mejor forma de ayudar a los ancianos a prevenir la pérdida de memoria pasa por animarles a ejercitar su cerebro a diario. Algunos puntos a tener en cuenta son el tener un horario de sueños regular y adecuado a sus necesidades. Mantener una serie de rutinas de vida saludable, estas incluyen seguir una dieta saludable y equilibrada que contenga alimentos que ayuden a mantener un buen estado cerebral.
También es importante tener una rutina de ejercicio coherente con la edad y el estado físico de la persona. La soledad es una de las mayores fuentes de inquietud para las personas mayores, para mantener un buen estado mental es importante que sigan manteniendo una vida social activa. Por último, es muy importante que de manera habitual realicen actividades que supongan una estimulación cognitiva. Y es que nuestro cerebro es un órgano que nunca deja de aprender si tiene el estímulo suficiente.
En nuestro trabajo de hospitalización domiciliaria, en Servisalud contamos con profesionales que pueden ayudar a los ancianos y a sus familias con la pérdida de memoria. No debes perder de vista que se trata de personas que requieren de cuidados especiales.
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