Como profesionales del cuidado de personas mayores en Madrid sabemos que con el paso del tiempo, la memoria comienza a fallar. El cerebro está en continuo ejercicio y, cuando desciende la actividad, se reduce también su capacidad. Esto puede afectar a la orientación, la concentración, la atención y el lenguaje. Algo a combatir por medio de la estimulación cognitiva.

Se trata de un conjunto de técnicas y estrategias para mejorar el rendimiento y eficacia de las capacidades cognitivas (memoria, atención, percepción). La estimulación cognitiva actúa tratando de mejorar las habilidades aún preservadas con actividades y programas específicos. Busca potenciarlas con mecanismos de neuroplasticidad cerebral.

Dicho de otro modo, para mantener activa la mente es clave aumentar su potencial y prevenir posibles déficits. Una correcta estimulación cognitiva puede permitir a las personas mayores conservar sus capacidades.

Entrenamiento y rehabilitación cognitiva

Hay que diferenciar entre entrenamiento y rehabilitación. El entrenamiento cognitivo es un conjunto de técnicas para estimular y mantener el funcionamiento cognitivo. Se actúa sobre capacidades que se encuentran en un nivel normal.

En cambio, la rehabilitación cognitiva abarca actividades que buscan recuperar la capacidad cognitiva actuando sobre capacidades y habilidades ya deterioradas por una enfermedad o patología mental.

Beneficios de la estimulación cognitiva

Son ejercicios enfocados a lograr una mejora significativa de las funciones cognitivas. En líneas generales se busca: 

  • Mejorar el funcionamiento cognitivo
  • Ralentizar el deterioro si la enfermedad avanza
  • Reforzar y aumentar la autoestima de la persona y su autonomía para hacer tareas cotidianas.
  • Evitar la desconexión con el entorno
  • Limitar el estrés causado por el deterioro cognitivo

Herramientas para estimular la mente

Para estimular la mente hay que acudir a personal especializado como el de Servisalud que fije ejercicios personalizados para cada caso. La estimulación puede realizarse a diario. Por ejemplo, se puede situar en el espacio-tiempo a la persona o realizar ejercicios de escritura o lectura. También se puede recurrir a juegos de mesa como el ajedrez, el parchís o el dominó. A veces, la soledad acelera el deterioro cognitivo. Por eso hay que procurar fomentar la actividad social y cognitiva en la medida de lo posible.

Las capacidades cognitivas como la atención, la memoria o la concentración empiezan su declive a los 45-50 años. Este se va haciendo más evidente según se avanza hacia la tercera edad. Sin embargo, hay varias formas de estimulación cognitiva para desarrollar un envejecimiento activo y saludable.

Es fundamental trabajar ciertas funciones ejecutivas y capacidades cognitivas con estimulación cognitiva. Para ello, es importante conocer los aspectos relacionados con el declive cognitivo y las estrategias de estimulación a nuestro alcance. Con la estimulación cognitiva podemos prevenir el desarrollo de patologías como la demencia. 

Envejecimiento normal, patológico y óptimo

El envejecimiento normal tiene lugar por el paso de los años. Son cambios graduales tanto a nivel biológico como psicológico y social. De forma general, se producen fallos de memoria, cambios físicos, como la aparición de arrugas, o sensoriales, como pérdida auditiva.

En el envejecimiento patológico se dan cambios como consecuencia de determinadas enfermedades como el Parkinson o la diabetes. Algunas causas de este tipo de envejecimiento son reversibles y sus efectos pueden mitigarse. 

Por último, el envejecimiento óptimo es aquel que tiene lugar en las mejores condiciones posibles (físicas, psicológicas y sociales). Se dan mínimas pérdidas de las capacidades y una reducida probabilidad de desarrollar patologías. 

En definitiva, en la tercera edad es importante cuidar de la salud física y mental con ejercicio físico regular, una alimentación equilibrada y entrenando el cerebro con ejercicios cognitivos. Todo para mantener la autonomía y autoestima y redundar en una mejor calidad de vida.

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